Planificación y saber decir no: los pilares del trabajo freelance

Es cierto que siendo un trabajador free lance uno maneja sus tiempos, suele trabajar desde su propia casa (lo que implica evitar el tránsito, tener que vestirse de determinada manera o tener ciertos horarios estructurados) y acomodar su tiempo según su propia conveniencia. El tema es ser eficiente con todos estos manejos y cumplir los planes predeterminados para que el trabajo rinda.

Ser el propio jefe, puede ser muy interesante, pero si se tiende a llevar todo más allá de los límites, puede resultar sumamente estresante.
Imponerse algunas reglas o pautas para trabajar puede ser el punto de partida para organizar la jornada y que el trabajo resulte tal y como se espera.

Los empleados en relación de dependencia suelen tener un horario de trabajo regulado por un convenio que fija la carga horaria semanal. Los autónomos o freelance, en cambio, no lo manejan de ese modo. A veces se trabaja durante 14 horas sin parar y al día siguiente se está tan exhausto que no se quiere encarar la nueva jornada. Eso, claramente no es efectivo.

El cuerpo necesita pausas para recuperarse, aprender a organizar la jornada, en estos casos es fundamental.

Según el diario Perfil, existen algunas estrategias para encarar la situación e una manera más calmada y eficiente:

1.Aunque parezca extraño, tanto las vacaciones como las pausas están reguladas por ley y son necesarias, por lo tanto si los trabajadores en relación de dependencia las tienen, ¿por qué no los autónomos? Es importante ser consciente de que recuperarse es una inversión para el propio emprendimiento. Para poder medirse, es bueno preguntarse regularmente: ¿Cuántas horas trabajé esta semana? ¿Cuántas pausas me permití? ¿Estoy logrando un buen equilibrio?

2. La gente cuando emprende el camino de la independización, piensa básicamente en ser su propio jefe, y al serlo, manejar sus horarios y poder decidir con libertad. Pero una vez que comienza el trabajo, la idea de tener más libertad suele quedar rápidamente en el olvido. Por eso es importante permitirse cada tanto hacer aquello que tenía en mente cuando se decidió la independización. Poder desayunar tranquilamente, cortar con el trabajo por la tarde para salir a pasear. Ese tipo de pausas son aquellas con las que se suele soñar cuando se piensa en trabajo free lance. Es necesario aprovechar cada tanto esas ventajas para comprobar que efectivamente valió la pena e incluso para aumentar el rendimiento.

3. Ritmo: A veces son muchos encargos, a veces pocos…para los autónomos es difícil prever qué cantidad de trabajo tendrán, lo que genera estrés. Por eso es importante generar un ritmo lo más regular posible. Los horarios de trabajo fijos ayudan a tener una rutina.

4. Decir que no: Uno de los principales problemas de tiempo de los autónomos es que no saben decir que no. Es importante tener claro que es imposible y además poco sano intentar conformar a todos. Hay que empezar por tomarse en serio las necesidades que uno tiene y decir que no cuando los encargos alteran otros trabajos por su carga horaria. Aprender a diferenciar entre lo urgente y lo importante es fundamental, organizar los tiempos el día anterior o mismo llevar un plan semanal o incluso en algunos casos mensual, puede resultar muy productivo.
El temor a perder un cliente s lo que primero aparece en la mente del free lance, sin embargo en muchas ocasiones es infundado. La mayor parte de los clientes responde bien si se explica el “no” amablemente y suelen volver a pedir trabajos.

5. Planificación: Este itm ya se mencionó anteriormente. Es fundamental hacer una planificación semanal con las prioridades y los plazos, y cada mañana o noche de cada día, una planificación para ese día o el siguiente. Es importante establecer límites fijos para determinadas actividades, como por ejemplo tres horas máximo para la preparación de una presentación. Calcular siempre un tiempo extra por si hay algún problema o surge algo imprevisto como para que el plan sea realista.

6. Atención: Quien está muy estresado pierde rápidamente la perspectiva de lo que es realmente importante. Por eso es necesario tomarse algunas pausas de atención. Prepararse algo para tomar, caminar un poco por la casa, chequear otros temas no relacionados con el trabajo, pueden ser opciones suficientes. Hay que saber escucharse. ¿Cómo me siento? ¿Qué me enoja? ¿Necesito una pausa?

7. Terminar: Las cosas que no se terminan y se posponen demandan más energía porque en nuestro inconsciente, seguimos ocupados con la tarea aunque no la estemos haciendo. A la larga, eso genera insatisfacción. Por eso es mejor ir cumpliendo uno a uno con los objetivos que figuran en el plan. De todos modos, tener presente que no es posible terminar siempre con todo, porque si no las jornadas laborables serían de 20 hs, por lo tanto ser realistas y organizados en este punto.